Por: Liz
No supimos nada durante el embarazo, las cosas se complicaron las últimas semanas, debido a las circunstancias fue cesárea, el 13 de diciembre del 2007. Recuerdo haber estado en el quirófano, luchando contra la anestesia por qué era un momento muy importante, no me quería quedae dormida, era el nacimiento de mi primera hija; cuando la sacaron solo escuche un gritito, luego la pusieron en una mesa y estaban sobre ella 4 personas, unas la limpiaban, otra era la pediatra que le hacía la mediciones para la prueba de apgar, en todo ese caos yo esperaba verla, hubo un momento en el que logré ver su cabecita, sus ojos, fue mágico. Después de eso la pediatra dijo: “presenta rasgos de síndrome down”, lo único que pude pensar era que estaba alucinando por la anestesia, no, la pediatra no dijo eso, ahí comenzó todo.
Teníamos miedo, estábamos aterrados, solo pensábamos en la discriminación, burlas, de las que iba a ser víctima toda su vida nuestra pequeña Jessy, en base a mi experiencia con personas con síndrome down, estaban en circunstancias de salud difíciles. Su papá por otro lado ni siquiera había tenido contacto directo, su única referencia era Corky de la serie “La vida sigue su curso”.
Sus primeros 2 meses los pasamos en el hospital, haciéndole todo tipo de pruebas, para determinar su estado de salud, luego buscamos información en internet encontramos muy cerca de la casa una escuela que se llama C.A.M 13, a los 3 meses asistí con mi nena al primer grado de esa escuela que es “inicial”, nos dieron terapia, escuela para padres, todo tipo de apoyo, se convirtió en nuestra segunda casa.
El primer festival ahí, yo dudaba de sí tendría la fuerza para no llorar al verlos?, me partía el corazón que todos tenían diferentes enfermedades, discapacidades, padecimientos, bebés invidentes, niños con hidrocefalia, parálisis cerebral, en fin la lista era interminable. Fue una gran sorpresa que en cuanto comenzó la música todos a sus posibilidades bailaban, se divertían, reían y convivían, eran felices.
Ante de Jessy, desde que era niña, yo ayudaba a cualquier persona especial, por qué en el fondo sabía que yo era afortunada de estar “sana”; la gran lección que aprendí es que ellos son felices, nosotros les enseñamos lo que es la discriminación, la sociedad en sí los tacha como Discapacitados, retrasados, los bolsitas para la baba, los tullidos. Cuando eres un padre en un millón tú deber es enseñarles que lo único que importa es la percepción que tienen de ellos mismos, que nos les importe lo que los demás les digan, la lástima está en los ojos, en los ojos de quienes los miran no en ellos, a mi hija en sus 11 años de vida nadie la a discriminado, le tengo paciencia, la escucho, la he castigado con los “5 minutos de actitud” qué consiste en pararla espalda contra la pared, durante 5 minutos, me inclino a su nivel, le explicó por qué es el castigo y me quedo con ella hasta que suena la alarma, hasta ahora a resultado ser un castigo muy efectivo, no ha repetido nada por lo que la haya castigado, sin embargo se las arregla para hacer cosas diferentes.
Recuerden se felicita en público y se corrige en privado. Todas las noches le digo a Jessy que es la mejor hija del mundo, le digo que la amo y le agradezco por ser mi compañera de vida, desde los 7 años me contesta: tú eres la mejor mamá del mundo, te amo mucho y de nada o como dice últimamente Your welcome.